Conmemoran al General Sandino en Cuba

La Jornada Culminó, el 21 de febrero, con la colocación de una Ofrenda Floral ante el monumento del Héroe Nacional José Martí, en el Parque Central de La Habana.

Sandino Instrumento de Justicia y Paz divina

El patriota nicaragüense, el cual rechazo la intervención y derroto a la marinería estadounidense el 01 de enero 1933, siendo la primera derrota en el plano militar para los imperialistas de la tierra.

La Cátedra de Sandino Fabrizio Casari

La importancia histórica de Sandino va más allá de los acontecimientos históricos de Nicaragua e incluso de los de su propia región. Las condiciones históricas, la ubicación geográfica, la idealidad política y el éxito militar sobre los que nació, se fortaleció y ganó su proyecto independentista, ponen fuertes banderas a las teorías político-militares con las que se analizan los acontecimientos y a la fuerza de las cuales se atribuyen adjetivos y nombres. No solo para Nicaragua, sino para América en general, la historia tiene en Sandino un parte aguas, un antes y un después. Intentemos recorrerlos con la necesaria síntesis que impone el espacio disponible. Sandino demuestra la falacia de la doctrina militar de las tropas de ocupación norteamericanas en el mundo. Muestra cómo la preparación militar concebida sobre trincheras y asaltos frontales no tiene sentido en la selva de Segovia. Muestra cómo West Point es un lugar de brillo y relumbrón que alberga a hijos de la burguesía latifundista y de la naciente industria de los Estados, pero que aparte de la carnicería aprendida en las guerras contra España y las restantes monarquías europeas para sustituirlas, no gana si la guerra es del pueblo. Lee aquí:La industria de los derechos humanos Stephen Sefton, 19 de febrero 2022  Sandino es un hombre sereno, tranquilo, de ideas liberales y armado solo de amor a su patria; sin ninguna medalla militar en el pecho, humilla a esos abusivos portadores de medallas obtenidas en el exterminio de inocentes, hombres sin honor dotados solo de cínica arrogancia. Sandino da lecciones de estrategia militar: enseña cómo el volumen de fuego y el armamento son importantes pero no decisivos, que una guerra de guerrillas en un territorio conocido palmo a palmo marca la diferencia sobre el terreno, y que el amor a la patria es la más poderosa de las armas. Que los que luchan por lo que tienen siempre salen victoriosos frente a los que luchan por robar a los demás lo que no tienen. El despliegue de marines y filibusteros, de aventureros y traidores, de bayonetas y botas lustradas, que forman el hardware estético de todas las aventuras coloniales, se quiebra frente al Ejército de Defensa de la Soberanía Nacional. Que es un ejército de pequeño tamaño, pero de agallas expandidas, de ninguna escuela militar, pero de extraordinarias habilidades de combate, nada marcial, pero muy eficaz, capaz de enfrentarse a cualquiera y bajo cualquier nombre que piense apoderarse de Nicaragua.  En ese momento de la historia, como antes, como entonces y como siempre, son los EEUU los que tratan de tener los bienes de Nicaragua en sus manos. Para ellos, no es un país como los demás, ni puede serlo: la posición geográfica que abarca dos océanos y el tamaño que la hace la nación más grande del hemisferio, tienen un valor propio y específico que la hace diferente de las demás. Han estudiado la historia de Andrés Castro en los libros equivocados, tal vez imaginando que la rebelión nicas es en contra de los españoles y no contra todos extranjeros que pisen el suelo de su patria para poseerla. Para EEUU, Nicaragua es el bocado sabroso, quieren convertirla en un matadero a cielo abierto, saqueo constante de oro y de todos bienes, ante todo el de la independencia.  Nicaragua, la pesadilla de los Estados Unidos En el plano geopolítico, el significado de la victoria de Sandino es que, al procurar la primera derrota política y militar sería a Estados Unidos, cambia la historia de la expansión colonial de Washington, que encuentra en Nicaragua su primer escollo. Este acontecimiento no es desde luego insignificante, porque la dimensión colonial no es un detalle en el proyecto de construcción del poder mundial: representa el hito en el que Washington cambia su dimensión, avanzando hacia el dominio total del continente con el que EEUU puede pasar de potencia consolidada a superpotencia naciente. A Estados Unidos también le resulta difícil comprender la naturaleza política del enfrentamiento con el General de los Hombres Libres. Sandino es un liberal, no especialmente influido por las ideas que alumbró la Revolución de Octubre en 1917. Pero el espíritu de la época, que desde el Risorgimento italiano hasta la Primera Guerra Mundial cambió la balanza e invirtió el reloj de arena del tiempo para los regímenes autoritarios de todas partes, vee la coincidencia del pensamiento independentista y el marxismo-leninismo triunfante en Rusia. Tiene un hilo objetivo que los une: la redención de los últimos y el derrocamiento de los que abusan del poder. Estados Unidos desprecia cualquier anhelo independentista: como si se tratara de una nueva Biblia para nuevas evangelizaciones, la Doctrina Monroe es el único texto de referencia y las bayonetas de los marines la única forma de difundirla. Cada etapa de la historia está marcada por libros, imágenes, mapas. Rostros y lugares narran hazañas y victorias, negociaciones y capitulaciones. Porque la historia sin su relato no existe; sin el hilo narrativo que la pinta, la historia se reduce a una serie mecánica de acontecimientos, una suma de nombres y fechas, un despliegue de cifras sin alma y una exposición sin sentido. En cambio, con un hilo narrativo y las imágenes que lo sustentan, esos hechos se convierten en historia.  Por eso ese embarque de marines alineados de dos en dos, con aire marcial pero derrotados a pesar suyo, calzados con botas gastadas en el polvo de las montañas, mochilas llenas sólo de chucherías y sombreros agujereados por el sol inclemente y habitados por cabezas llenas sólo de malos pensamientos, habla de una derrota, no de una retirada. Esa exhibición de derrota mientras ascienden por la pasarela que les embarcará de regreso a los EE.UU. convierte una instantánea en un paradigma. Enseña a todos en el continente y en el mundo que derrotar a Estados Unidos es posible, y unos 25 años después les tocará a Fidel, a Raul y al “Che” retomar con otra victoria el discurso abierto por el gigante de Segovia. Sandino desafió las leyes de la proporcionalidad,

La industria de los derechos humanos Stephen Sefton, 19 de febrero 2022

La frase “industria de los derechos humanos” refiere a un sistema internacional de instituciones y organizaciones dominado por las oligarquías norteamericanas y europeas. Ellas controlan las corporaciones y gobiernos que financian la producción informática sobre los derechos humanos principalmente de parte de las organizaciones no gubernamentales, tanto internacionales como nacionales. El producto de la industria incluye falsas creencias, deshonestos pretextos y espurios precedentes para servir las necesidades de la política exterior de los poderes occidentales. El mercado para la comercialización del producto consiste de las instituciones internacionales de derechos humanos, los medios internacionales de información, incluyendo el sector académico y el sector no gubernamental, y los mismos gobiernos norteamericanos y europeos. Lee aqui:Avances del nuevo centro médico Dra. Ligia Altamirano En un sentido, la industria de derechos humanos demuestra otra manera más en que el capitalismo occidental comercializa el sufrimiento humano con el fin de consolidar y, donde posible, aumentar el poder, influencia y control de su sistema en todo el mundo. Además, es un componente clave de la constante despiadada guerra psicológica para promover un cambio de régimen contra los gobiernos que defienden la soberanía de sus países y resisten las imposiciones y exigencias de Occidente. También, la actuación de la industria de derechos humanos es otro síntoma del colapso moral e intelectual de la cultura occidental en una perversa celebración del engaño, la mentira y la injusticia como su forma preferida de manejar las relaciones internacionales.  La industria en su corrupta forma moderna se ha desarrollado desde el fin de la guerra fría con la disolución de la Unión Soviética, lo cual quitó del escenario institucional internacional la principal fuerza que defendía los derechos sociales y económicos de los pueblos. De allí, el sistema internacional de derechos humanos reducía su enfoque a concentrar casi exclusivamente en los derechos civiles y políticos. Y esto permitía a las elites occidentales imponer la idea de que la supuesta democracia electoral con economía de mercado libre de sus países es el modelo político y económico que todo el mundo debe de adoptar. Así que desde 1990 hasta 2011 fue la estrecha y limitada visión occidental de los derechos humanos que dominaba las relaciones internacionales. El cinismo e hipocresía de esa visión se demostró repetidamente desde las crisis en Rwanda y Somalia hasta el bombardeo de Serbia en los años 1990s, las guerras en Georgia y el Líbano de 2006, el golpe de estado en Honduras de 2009, las ofensivas de los gobiernos occidentales en Libia, Siria y Costa Marfi de 2011, y el golpe de estado en Ucrania de 2014. Durante todo este período no ha habido ninguna defensa eficaz de parte de la industria de derechos humanos de los pueblos de Cuba o de Palestina contra sus agresores. En África, prácticamente se ha hecho invisible el papel de los poderes imperialistas en las terribles guerras del Congo o de Yemen.  En América Latina, mientras la industria de derechos humanos ataca de manera insistente y agresiva a Cuba, Nicaragua y Venezuela, siempre trata de manera suave los abusos de los derechos humanos por los gobiernos afines a los Estados Unidos y sus aliados. La estructura de la industria de derechos humanos consiste de organizaciones a nivel nacional que suministran la materia prima en la forma de reportes sobre abusos y violaciones de los derechos humanos. Lo pueden hacer directamente a las instituciones internacionales como el Consejo de Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas o la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU o pueden hacer representaciones a las entidades regionales como la Comisión Inter-Americana de Derechos Humanos. Las organizaciones nacionales también tienden a trabajar estrechamente con las organizaciones no gubernamentales internacionales como Amnistía Internacional, Human Rights Watch o la Federación Internacional de Derechos Humanos, entre otras.  Se vio esta maquinara en operación en Nicaragua durante el fallido intento de golpe de 2018. Las más notorias organizaciones locales aquí eran el CENIDH de Vilma Nuñez, la ANPDH de Alvaro Leiva y la CPDH de Marcos Carmona. Las misiones de la CIDH y la OACDH de la ONU pusieron atención casi exclusivamente al testimonio facilitado por estas organizaciones financiados por los gobiernos de Estados Unidos y la Unión Europea y sus satélites no gubernamentales. No tomaron medidas para corroborar ese testimonio y excluyeron información suministrado por las autoridades nacionales o municipales. Boicotearon la Comisión por la Verdad, la Justicia y la Paz establecida por nuestra Asamblea Nacional. Ocuparon la cínica excusa de que los crímenes terroristas de la oposición caíe afuera de su mandato por ser crímenes comunes. Sin embargo, cuando se procesaron esos mismos criminales terroristas, la industria de derechos humanos montaba una campaña para liberarlos por ser, alegaban, presos políticos. Las élites norteamericanas y europeas ejercen este tipo de desmedida influencia y indebido control en el sistema internacional de derechos humanos, por medio del financiamiento directo y en parte por cooptar las y los funcionarios que lo administran. Si uno estudia la composición de las juntas directivas de las principales ONGs de derechos humanos, es sorprendente la gran cantidad de sus miembros que tienen una trayectoria en entidades, sean éstas con o sin fines de lucro, esencialmente sucursales de las grandes corporaciones occidentales. Por otro lado, el financiamiento de todas estas organizaciones viene de las entidades sin fines de lucro de las grandes corporaciones como las fundaciones Rockefeller o Ford, el red de marca Open Society del señor George Soros. También se financian por medio de organizaciones ligados a los gobiernos de sus países como la Fundación Nacional por la Democracia (NED) o también directamente de parte de gobiernos como el de los Estados Unidos o de la Comisión Europea y los gobiernos miembros de la Unión Europea. En todos los países que resisten la voluntad de las elites occidentales se ha confeccionado y promovido falsa información por medio de las ONGs locales de derechos humanos que en muchos casos forman parte de la oposición política de sus respectivos países. Esto ha sido el caso

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