Las reservas del oxígeno en el sumergible Titán, desaparecido en el Atlántico desde el domingo en plena expedición a los restos del Titanic, se han agotado este jueves, según el tiempo estimado por los especialistas, informó RT.
En particular, las estimaciones de la Guardia Costera de EE.UU. (USCG, por sus siglas en inglés) sugerían que el oxígeno debería haberse agotado a las 7:08 (hora ET), recoge NBC News. Sin embargo, los especialistas explican que hay muchos factores que pueden repercutir en el consumo de oxígeno.
Continúa el operativo de búsqueda
Mientras, la Guardia Costera de EE.UU. señaló que el buque canadiense Horizon Arctic desplegó un vehículo teledirigido que alcanzó el fondo del océano y empezó la búsqueda del aparato desaparecido. Asimismo, el barco francés L’Atalante también desplegó su propio sumergible no tripulado a las profundidades del Atlántico.
Hasta el momento, los esfuerzos en la zona de búsqueda de la nave con cinco personas a bordo no han dado resultados. El aparato con capacidad de sumergirse hasta 4.000 metros contaba oxígeno para 96 horas, según el operador de la nave OceanGate Expeditions.
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El operativo de búsqueda, en el que participan efectivos de la Guardia Costera de EE.UU. (USCG), de Canadá y empresas privadas, no han logrado determinar la fuente de unos ruidos detectados. Este miércoles, la USCG confirmó “ruidos submarinos” en la zona detectados por un avión canadiense. Posteriormente, las autoridades estadounidenses determinaron que dichos sonidos no serían “golpes”.
Factores que influyen en el consumo de oxígeno
Simon Boxall, profesor de oceanografía de la Universidad de Southampton, señaló a NBC News que “no tiene ni idea” de cuánto tiempo va a durar realmente el oxígeno. El experto indicó que uno de los factores clave que influye en el consumo de oxígeno es el estado físico de las personas que están a bordo. Boxall explicó que pasadas las 7:08 (hora ET) los rescatistas no cesarán sus esfuerzos de búsqueda.
Por su parte, el contralmirante de la USCG, John W. Mauger, dijo al canal que el organismo va a seguir con el operativo, pese a los temores de que el oxígeno se haya agotado. “Utilizamos todos los datos e información disponibles para llevar a cabo esas búsquedas, pero seguimos comprobando, sobre todo en casos complejos, que también hay que tener en cuenta la voluntad de vivir de las personas“, remarcó.
El Titán perdió el contacto con su buque nodriza Polar Prince el pasado domingo, alrededor de una hora y 45 minutos después del inicio de la inmersión a más de 600 kilómetros al sureste de la localidad de St. John’s (Terranova, Canadá). A lo largo de la semana trascendió que OceanGate reportó a la USCG sobre la desaparición del submarino solo ocho horas después de haber perdido el contacto.
En la nave viajaba el multimillonario británico Hamish Harding, así como el empresario pakistaní Shahzada Dawood, vicepresidente de Engro Fertilizers, el segundo fabricante de fertilizantes de Pakistán, y su hijo Suleman. El piloto francés de sumergibles Paul-Henry Nargeolet y el director ejecutivo y fundador de OceanGate, Stockton Rush, también estaban a bordo.
Preocupaciones de seguridad
Tras la desaparición del sumergible, salió a la luz que líderes de la industria de embarcaciones de este tipo habían advertido a OceanGate sobre posibles resultados “catastróficos” de los viajes del Titán hacia el Titanic.
Mientras, ante reportes de que el sumergible es operado a través de un mando de videojuegos, un exsubcontratista de OceanGate señaló que esta prestación fue elaborada durante el diseño. “Parece un poco cursi, pero si supieras la cantidad de tecnología que contiene ese mando y sus capacidades, y la cantidad de dinero que cuesta desarrollar algo así, es sencillamente increíble”, argumentó Doug Virnig a la CNN.
Para Federico Santaella, historiador y oficial retirado de la Armada española, no hay ninguna posibilidad de supervivencia para los tripulantes del sumergible. El experto señaló a RT que un rescate a tanta profundidad es casi imposible y criticó a la compañía por llevar a cabo la expedición pese a los informes negativos de seguridad.