Recurrir al mecanismo de reactivación (trigger mechanism), una espada de doble filo para Europa

Hace un tiempo, la Troika Europea anunció en una carta, en el marco del JCPOA, que está considerando la posibilidad de recurrir al “mecanismo de reactivación” (snapback) en caso de un fracaso del proceso de la diplomacia nuclear y de las negociaciones con la República Islámica de Irán. Este mecanismo fue diseñado como una parte clave del JCPOA para allanar el camino al restablecimiento de las sanciones internacionales en el Consejo de Seguridad de la ONU si se detecta una violación de los compromisos. Esto ocurrió mientras que, tras la retirada ilegal y unilateral de Estados Unidos del JCPOA en 2018, a pesar de que Irán continuó cumpliendo con sus compromisos de conformidad con las disposiciones del acuerdo, Europa no cumplió con ninguno de los suyos bajo el tratado y ha sido incapaz de implementarlos.

Con esta introducción, parece que si el mecanismo de reactivación es activado, se abrirá un nuevo capítulo de escalada de tensiones y aumento de la incertidumbre en las relaciones entre Irán y Europa. En este artículo, revisaremos algunas de las implicaciones y consecuencias políticas, económicas y de defensa de esta acción por parte de la Troika Europea.


Si la Troika Europea activa el mecanismo de reactivación, reducirá de manera efectiva sus relaciones con Irán hasta el nivel de ruptura o seria disminución de interacciones, allanando el camino para una escalada de tensiones e incluso la posibilidad de que Teherán se retire del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP). Por otro lado, si Europa se abstiene de esta acción y permite que expire el plazo de activación, perderá una de sus herramientas de presión y negociación más importantes, y ya no tendrá la misma influencia en las conversaciones.

Aunque Europa busca una prórroga temporal del plazo del mecanismo de reactivación (snapback) con el fin de alcanzar una solución diplomática con Irán en ese lapso, esto aún no resuelve el dilema mencionado. De hecho, Europa se enfrenta a una elección crucial: mantener influencia para futuras negociaciones o evitar la escalada de tensiones y una ruptura total en sus relaciones con Irán. Esta decisión afectará de manera fundamental el curso futuro de las interacciones entre Irán y Europa.

Entre las consecuencias de seguridad de activar el mecanismo de reactivación están la intensificación de la percepción de amenaza mutua y la reducción del espacio diplomático para resolver los asuntos bilaterales entre Irán y Europa. Tal situación podría llevar a Teherán a reconsiderar sus políticas de defensa, incluyendo el aumento del alcance de sus misiles y el desarrollo de su infraestructura defensiva. Irán, que hasta ahora se ha abstenido de incrementar significativamente el alcance de sus misiles por diversas consideraciones, podría responder a esta acción incorporando en su agenda un programa de producción de misiles de mayor alcance y examinando sus opciones de defensa como medio de presión sobre los europeos.

Con la activación del mecanismo de reactivación, los intercambios financieros entre Irán y Europa, especialmente en el ámbito de los bienes básicos, enfrentarán restricciones más severas. Aunque este proceso no reducirá el comercio entre ambas partes a cero, sí conducirá a una disminución significativa del volumen de intercambios y a un aumento de los costos debido a rutas comerciales indirectas y más costosas. Además, las nuevas restricciones también debilitarán el flujo de turismo entre ambas partes. Por otro lado, las restricciones bancarias y los obstáculos políticos harán que parte de la oportunidad de atraer y aprovechar los recursos humanos expertos iraníes por parte de los europeos se pierda y esta capacidad se oriente hacia otros destinos de migración.

La consecuencia más importante de la activación del mecanismo de reactivación en las relaciones políticas entre Irán y Europa es el debilitamiento de la posición de Europa como actor influyente y mediador en el expediente nuclear de la República Islámica de Irán. De hecho, al recurrir a este mecanismo, Europa anuncia de manera efectiva el fin de su papel relevante en el proceso nuclear iraní; una acción que no solo reducirá su credibilidad diplomática ante Teherán, sino que también debilitará severamente la posición de Europa en la arena internacional, y especialmente en Oriente Medio, como mediador imparcial.

La activación del mecanismo de reactivación es una acción que no resolverá las preocupaciones nucleares, políticas y de seguridad de Europa hacia Irán, sino que, por el contrario, aumentará el nivel de tensión entre ambas partes, pondrá las economías de ambos lados bajo mayor presión y estancamiento, y debilitará aún más la credibilidad e influencia internacional de Europa. Por supuesto, la intensidad de esta tensión dependerá de las reacciones mutuas de Irán y Europa, pero dado lo experimentado en las interacciones diplomáticas de los últimos años, parece que, si este mecanismo es activado, ambas partes se dirigirán hacia una nueva etapa de tensión.

Ramin Zare

Embajador de la República Islámica de Irán

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