Cincuenta veces santo

Ajedrecista demoledor de libros, discípulo del
Nazareno, todo un heredero de la miseria.

Poeta de sangre necia, de sangre lavada en paredes pintadas con el nombre de los caídos, hijo de matapalo, conspirador del amor.

Esplendores de estrellas machacan tus letras; sobre tu lápida camina un cristiano cargando la cruz de tu delito.

Retador de la muerte, muchacho lentes culo de botella, tu cuerpo apenas un grano de maíz para la gran milpa floreciendo de tus ideas.

Todo tu canto es aurora, silbido de río, voz de los que nacieron con manos mutiladas y con hambre de nacer.

Las casas quedaron llenas de humo, todo mundo careció de oídos en el combate, y vos muy cerca de la muerte, pero no del final.

Tu epitafio santificado mártir, así te vimos caer sobre la tierra que te abrazó resucitando en las siguientes generaciones, tres batallas después de tu inmortalidad

Yustian García

Josué Cruz

Josué Cruz

“Comprometidos con la verdad y la defensa de nuestra soberanía”.

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